domingo, 7 de mayo de 2017

El juramento de los Horacios (David)

Nos encontramos ante El juramento de los Horacios óleo sobre lienzo del pintor francés Jacques-Louis David ( 1748-1825), conocido como David. El cuadro fue pintado en 1784 y es de estilo neoclásico. Mide 4,25x3,30m. Se localiza en el Musée du Louvre (París).
La obra se inspira en en la tragedia literaria de los Horacios, basada en la Historia de Roma de Tito Livio. David no quiso reproducir un episodio histórico, sino plasmar el culto a las virtudes cívicas del autosacrificio, el honor y la lealtad, personificadas en la actitud de los Horacios. Rememora el momento en que los tres hermanos Horacios juran ante su padre combatir hasta la muerte contra los también tres hermanos Curacios, para decidir qué bando será el vencedor de la guerra por el control de la Italia central. El drama surge en el hecho

de que una de las hermanas de los Curacios, Sabina, está casada con uno de los Horacios, mientras que una de las hermanas de los Horacios, Camila, está prometida a uno de los Curacios. A pesar de los lazos entre las dos familias, el padre Horacio incita a sus hijos a luchar contra los Curacios, y ellos obedecen, a pesar de los lamentos de las mujeres.

La composición del cuadro se divide en tres grupos. De izquierda a derecha tenemos a los hermanos Horacios, el padre y en tercer lugar aparecen Camila, Sabina y la madre de los hermanos con los hijos de Sabina. Siguiendo el concepto de orden y equilibrio propio de la pintura neoclásica se aplica una perspectiva lineal, situando a los personajes en un único plano. Cada grupo tectónico tiene asignada una de las arcadas del fondo, siendo la central la principal. Esta separación permite una claridad expositiva. Los hombres están compuestos por líneas rectas y firmes mientras que las mujeres por líneas curvadas y por debajo de la mitad de la pintura. La perspectiva se centra en las manos de la figura central, quien además realiza la acción principal en el juramento de sus hijos.

Siguiendo estas líneas se encuentra el punto de fuga de la composición: la mano del padre que sostiene las tres espadas. Según la leyenda sólo uno de los tres Horacios salió victorioso; este es el hermano colocado en primer plano, pues es el que llama la atención del espectador. Mientras que los otros hermanos extienden las manos en dirección hacia su padre y las espadas, formando la línea de horizonte. La fuerza representada por su brazo es la de su firme compromiso con la patria. Su mirada se aliena con el punto de fuga junto con la mirada de su padre. En esta línea el punto central se encuentra en la unión de las manos del padre sosteniendo el símbolo de las espadas.

Existe un predominio del dibujo frente al color. Las figuras están bien perfiladas a través de un perfecto modelado anatómico, que recuerda la pureza de la escultura clásica. Predominan los tonos grisáceos, ocres y rojos. El color rojo se utiliza en los tres grupos que dividen el cuadro, equilibrando cromáticamente la escena. Aún siendo el rojo un color intenso, el pintor lo convierte en frío.

En cuanto a la luz, a la izquierda se encuentra el foco lumínico escondido, que ilumina tenuemente la escena.

El neoclásico evolucionó paralelo a la Ilustración y coexistió con el final del Rococó. Anteponiéndose a los "excesos" de este último y del barroco, devolviendo el clasicismo griego. Se extiende a lo largo del siglo XIX. Trató de trasladar la coherencia compositiva racional a la nueva situación revolucionaria y ello se refleja en los temas clásicos, históricos y mitológicos, con constantes referencias a la libertad y a los sentimientos que darán paso al Romanticismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario